Pág. 135 a 137, capítulo 7: Los brazos seculares:
“El 7 de octubre de 1985, el
crucero italiano Achille Lauro, que
realizaba la travesía entre Alejandría y Port Said, fue secuestrado por cuatro
terroristas árabes, comandado por Abu Abbas, libre del Frente de Liberación
Palestino. El crucero llevaba 480 personas a bordo y acababa de salir del
puerto egipcio cuando fue tomado por los guerrilleros que pedían la liberación de
50 combatientes palestinos, presos en Israel.”
“Al frente del gobierno italiano
estaba Bettino Craxi, quien llevó adelante la dura negociación con los
secuestradores, que ya habían asesinado a un pasajero norteamericano. Luego de
tres días de tensión extrema, Craxi logró que los terroristas abandonaran la
nave a cambio de ser transportados hasta Palestina. Un avión del gobierno
egipcio los trasladaría desde Alejandría a Italia.”
“Enterada del acuerdo, una flota
de cazas norteamericanos e israelíes rodeó al avión, obligándolo a descender en
la base militar de Sigonella, en Sicilia, base que Italia comparte con los Estados
Unidos. Norteamericanos e israelíes pretendían capturar a los guerrilleros,
rompiendo con el acuerdo alcanzado por Craxi.”
“A su vez, respetando
puntualmente las órdenes del primer ministro, el comandante italiano rodeó con
sus tropas a los soldados norteamericanos e israelíes impidiéndoles avanzar en
sus propósitos.”
“Fernández Ardanaz recuerda que
Craxi le había dicho al embajador norteamericano que en Italia mandan los
italianos y cumplen los pactos. Dice el académico español:”
“«Durante aquella noche cargada
de tensiones se sucedieron las llamadas telefónicas entre la Casa Blanca y la
presidencia del gobierno italiano. Bettino Craxi resistió a las presiones y
amenazas, hasta que le dejaron en paz. Y cuentan las crónicas que el argumento
que utilizó Craxi fue precisamente revelar el secreto del caso Moro».”
“Efectivamente, Bettino Craxi
había confrontado y ganado la pulseada con el gobierno de los Estados Unidos,
pero al costo de su propia carrera política, su honor y su prestigio. Pocos
meses después debió abandonar el gobierno, acorralado por denuncias de
corrupción que lo dejaron al borde de las rejas. La metodología utilizada
contra el dirigente italiano tenía el clásico sello de la CIA, modelo que
gracias a los espías norteamericanos se popularizó en el mundo y hoy es un
recurso habitual y corriente para sacar de carrera a hombres y mujeres
«incómodos».”
“Craxi era uno de los más importantes
líderes del Partido Socialista Italiano y había sido elegido primer ministro al
frente de una coalición de cinco partidos, conformada por la Democracia
Cristiana, el Partido Socialista Democrático, el Partido Republicano y el
Partido Liberal, además, claro, del Partido Socialista, que lideraba la
alianza.”
“La administración de Craxi, que
se extendió desde 1984 hasta 1987 era una de las materializaciones más
completas del compromesso storico que
había pretendido suscribir e inaugurar Aldo Moro. Su gestión no solamente posibilitó
el ingreso de Italia al G7, sino que firmó un nuevo Concordato con la Santa
Sede, conocido como Acuerdo de Villa Madama.”
“Perseguido por la justicia
italiana, manipulada por la CIA, la mafia y la P2, Bettino Craxi debió huir a
Túnez, donde murió en el año 2000. Tras su deceso, el gobierno italiano decidió
dispensarle un funeral de desagravio en su lejano exilio. Allí, Enrico Boselli,
líder socialista dijo:”
“«Craxi ha sido mantenido fuera
de Italia porque no se ha querido afrontar su caso. Su via crucis jurídico ha terminado con su muerte. Y ésta es una
mancha que Italia tendrá para siempre. Hoy, aquí, esta Cámara reconoce el
verdadero carácter político de Craxi.»”
“Como suele ocurrir, ya era tarde
para todo.”
Pág. 135 a 137, capítulo 7: Los
brazos seculares. NOTA: Bettino Craxi (1934 - 2000), político italiano y uno de
los máximos exponentes del Partido Socialista Italiano (PSI). Fue Primer
Ministro de Italia de 1983 a 1987 en la primera etapa del pentapartito
italiano.
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“Los negocios, el poder y el
anticomunismo como un emergente amalgamador fueron los tres elementos que a lo
largo de casi todo el siglo XX unieron a los socios que hemos visto a lo largo
de esta obra: religión, política y delincuencia.” Pág. 143, Epílogo.
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“Finalmente, como se sabe, la
Unión Soviética cayó por el peso de sus propias contradicciones, sin que los
brutales costos pagados por los países del subdesarrollo hayan colaborado en el
derrumbe.”
“El Tercer Mundo acabó siendo una
víctima perpleja de los fantasmas que rodearon a Washington y Moscú, y que
desencadenaron la Guerra Fría. Cientos de miles de millones de dólares drenaron
por la cloaca del armamentismo, el espionaje y la instauración de regímenes
criminales, sólo para prevenir posibles desviaciones ideológicas o, en algunos
casos, para mantener intactos modelos comerciales pergeñados en las urbes
centrales. Modelos que acabaron mostrando el estado de putrefacción interna que
los habitaban cuando, a mediados de 2007, dispararon la mayor crisis
económico-financiera global de que se tenga memoria.” Pág. 70, capítulo 3: A
Roma lo que es del César.
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“La Iglesia no es Dios, ni Dios se expresa a
través de una iglesia, sea ésta del signo que sea, y represente la fe que
represente. Más allá de todas las posturas que a lo largo de la historia
procuraron rebatirlo, Dios, según la forma que cada creencia quiera darle,
seguirá siendo parte de la vida cotidiana de los seres humanos; no hace falta
reglamento alguno. No hace falta brazo armado. No se requieren bancos ni
descomunales respaldos financieros para que la fe y la verdad triunfen.” Pág.
149, Epílogo.