Arnold
Toynbee, de su libro “La civilización puesta a prueba”, páginas 75 a 77,
editorial Emecé, Buenos Aires, abril de 1967. Civilization on Trial, traducción
de M. C.
NOTA SOBRE EL PAPEL DESEMPEÑADO POR EL
OPIO EN LAS RELACIONES SINO-BRITANICO
Los
términos en que se ha hablado de este tema en el ensayo precedente pueden
apoyarse con el sumario siguiente de los hechos, que se basa sobre (I)
Williamson, J. A., y otros miembros de la Historical Association: Common Errors in History (Londres, 1945,
King and Staples); (II) Pratt, Sir J.; War
and Politics in China (Londres, 1943, Cape); (III) Costin, W. C.: Great Britain and China, 1833 - 1860
(Oxford, 1937, Clarendon Press), (IV) Morse, H. B.: The International Relations of the Chinese Empire: The Period of Conflict,
1834 - 1860 (Londres, 1910, Longmans, Green). Ninguno de los autores de
estos trabajos es chino, todos son occidentales; todos, salvo uno, son
ciudadanos británicos; el autor de (IV) es ciudadano de Estados Unidos.
- Fumar opio, que es la manera más
perniciosa de tomar la droga, fue cosa introducida por primera vez en
China por los holandeses (desde Java).
- La costumbre de fumar opio llegó
a estar mucho más difundida en China que en cualquier otra parte (más, por
ejemplo, que en la India Británica, que llegó a ser la parte principal
–aunque nunca la fuente única– de producción de opio en el mundo y de
importación de opio por China).
- El gobierno británico de la India
asumió el monopolio de la venta de opio en su territorio en 1773, y el de
la manufactura del mismo en 1797.
- En 1800 el gobierno chino
prohibió el cultivo de la adormidera en China y su importación desde el
extranjero (fumar opio era ya hacía mucho tiempo un delito para el derecho
penal chino).
- Antes de 1830, la política del
gobierno británico de la India fue restringir el consumo del opio, en su
territorio y en el extranjero, cobrando por él un precio elevado; desde
1830 en adelante siguió la política opuesta, de obtener los mayores
ingresos posibles del opio al estimular su consumo mediante la reducción
del precio. “Esto tuvo el doble efecto de aumentar considerablemente la
cantidad de opio introducido clandestinamente en China y de aumentar el
monto de los ingresos del gobierno de la India” (Pratt, op. cit., pág. 44).
- El gobierno británico de la India
se resistió, hasta 1907, a hacer el sacrificio de ingresos que implicaría
la prohibición de exportar opio de la India a China. (Los ingresos debidos
al opio del gobierno británico de la India aumentaron de cerca de
1.000.000 de libras esterlinas por año en los años 1820-43 a más de
7.000.000 de libras esterlinas en 1910-11.)
- En el período 1800-1858, durante
el cual la importación de opio a China fue ilegal, la parte del león en el
tráfico de contrabando la tuvieron buques británicos.
- El gobierno británico del Reino
Unido nunca declaró ilegal para los súbditos británicos ese tráfico
clandestino, y nunca favoreció el cumplimiento del pedido del gobierno
chino de que los comerciantes extranjeros se comprometieran por escrito a
no introducir opio clandestinamente en China y a aceptar la sanción de la
pena capital a manos de las autoridades chinas en caso de violar el
compromiso y de ser sorprendidos haciéndolo y condenados luego.
- El tráfico de contrabando no
habría sido (a) lucrativo, si no se hubiera dado una fuerte demanda de
opio en el pueblo chino, o (b) factible, si los contrabandistas británicos
–y demás contrabandistas extranjeros– no hubiesen contado con activos
asociados chinos.
- La mayor parte de los
funcionarios chinos eran ignorantes y poco competentes, y algunos de ellos
venales, en su manejo del problema particular del contrabando del opio y
del problema general de tratar con los negociantes occidentales y con los
representantes de los gobiernos occidentales:
a) Trataban a los representantes de los
gobiernos occidentales como si fueran los agentes de príncipes dependientes y a
los comerciantes occidentales como si fueran bárbaros.
b) No lograron reprimir el contrabando
del opio en China.
c) Algunos de ellos hacían la vista gorda
ante el contrabando y participaban de sus beneficios.
- El Gobierno británico del Reino
Unido no pudo dar a sus superintendentes del comercio en China –debido a
la influencia en el Parlamento de los grupos que comerciaban con China– la
autoridad necesaria sobre los súbditos británicos que se encontraban allí
durante los años críticos de 1834-9.
- Los occidentales se quejaban
justamente de que su comercio legítimo era restringido en forma vejatoria
y de que se los sometía a arbitrarias humillaciones personales.
- Los chinos se quejaban justamente
de (a) que la llegada de los comerciantes occidentales había desencadenado
sobre China la maldición del contrabando del opio en gran escala (en 1836
el valor del opio introducido de contrabando en China fue mayor que el
valor conjunto del té y la seda exportados legítimamente); (b) que los
marineros británicos –y otros marineros occidentales– en el puerto de
Cantón eran borrachos, tumultuosos y homicidas.
- En 1839 un Comisionado Imperial
chino, Lin Tse-su, mediante un boicot y bloqueo pacífico de los
comerciantes occidentales en Cantón, logró obligar al Superintendente en
Jefe británico del comercio de los súbditos británicos en China, capitán
Charles Elliot, a cooperar con él para lograr coactivamente la entrega por
parte de comerciantes occidentales de 20.283 cajones de opio, valuados en
más de 11.000.000 de libras esterlinas, que tenían entonces en su suelo
chino en aguas territoriales. El comisionado Lin destruyó a su debido
tiempo el opio confiscado, pero no consiguió poner fin al contrabando de
opio.
- Después, los ingleses rompieron
las hostilidades, primero el 4 de setiembre de 1839, en Kaulun, en
represalia por no habérseles dado permiso para comprar sustentos, y luego
el 3 de noviembre de 1839, en Chuen-pi, en respuesta a un pedido chino de entrega
del asesino de un súbdito chino, Lin Wei-hi, que había sido herido
mortalmente el 7 de julio, en Kaulun, en un ataque en masa a la población
civil por parte de marineros británicos (y quizá también norteamericanos)
que trataban de echar mano a bebidas alcohólicas.
N.
B. El capitán Elliot
había hecho investigar judicialmente este incidente el 10 de julio, y había
tratado –sin conseguirlo– de identificar al asesino.
- El gobierno británico del Reino
Unido ya había tomado medidas para despachar una fuerza expedicionaria
naval y militar a China, después de haber sido informado de la acción
emprendida por el comisionado Lin, pero antes de recibir la noticia de la
ruptura de las hostilidades.
- El gobierno británico halló
cierta oposición y censura, por parte de una minoría del Parlamento y de
la opinión pública, por guerrear contra China en 1839-42.
- En el tratado de paz firmado en
Nankín el 29 de agosto de 1842, los británicos forzaron a los chinos a
abrir puertos de tratado y a ceder territorio, pero no a legalizar el
tráfico del opio.
- A instancia del gobierno
británico, el gobierno chino accedió, el 13 de octubre de 1858, a
legalizar la importación de opio a China después de la derrota en una
segunda guerra sino-británica y de cincuenta y ocho años de experiencia de
fracasos en impedir el tráfico de contrabando.
- Entre los chinos y los
británicos, la disputa sobre el opio llegó eventualmente a su fin por (a)
la reducción progresiva, pari passu,
durante los años 1907-1919, del cultivo del opio en China y su importación
a China desde la India, por acuerdo entre los gobiernos de China y la
India Británica y por (b) la total prohibición de la exportación de opio
de la India Británica en 1926.
N.
B. Como resultado de
la anarquía política en China, seguida por la invasión y ocupación japonesa,
volvió después a extenderse el cultivo de la adormidera en China.