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lunes, 22 de junio de 2020
martes, 12 de marzo de 2019
miércoles, 24 de octubre de 2018
Silo, en la cumbre de los premios nobel de la Paz, Berlín, 11 de noviembre de 2009.
La Marcha fue
lanzada durante el Simposio del Centro Mundial de Estudios Humanistas, en el
Parque de Estudio y Reflexión de Punta de Vacas el 15 de Noviembre de 2008 es
decir, hace un año, con la clara intención de crear conciencia ante la
peligrosa situación mundial que atravesamos, marcada por la elevada
probabilidad de conflicto nuclear, por el armamentismo y por la violenta
ocupación militar de territorios.
La Marcha Mundial hace un
llamamiento a todas las personas a sumar esfuerzos y tomar en sus manos la
responsabilidad de cambiar nuestro mundo, superando la violencia personal y
apoyando en su ámbito más próximo, el crecimiento de esta influencia positiva.
http://www.silo.net/Index-es.php
El significado de la Paz y la No Violencia en el
momento actual. La
Marcha Mundial.
Silo
Berlín
11- 11- 2009.
Una marcha recorre
el mundo. Es la Marcha
por la Paz y la No Violencia.
Sobre esto hablaré
brevemente ante el presente foro en mi carácter de fundador del Humanismo
Universalista e inspirador de la mencionada Marcha. Ésta, a su vez, va
dinamizando variadas iniciativas y actividades, como el recorrido simbólico de
un equipo de entusiastas que se desplazará durante tres meses a través de
varios países, habiendo comenzando el 2 de Octubre próximo pasado en
Wellington, Nueva Zelanda para terminar el 2 de Enero de 2010 al pie del monte
Aconcagua en Punta de Vacas, entre Argentina y Chile.
Esta propuesta de
movilización social, es impulsada por el Movimiento Humanista y sus organismos.
En pocos meses, La
Marcha Mundial ha suscitado la adhesión de miles de personas;
de agrupaciones pacifistas y no violentas; de diversas instituciones que
trabajan a favor de los Derechos Humanos; de personalidades del mundo de la
ciencia, de la cultura y de la política, sensibles a la urgencia del momento.
También ha inspirado una enorme cantidad de iniciativas en más de cien países,
configurando un fenómeno de diversidad cultural en veloz crecimiento. En este
orden de ideas, debo comunicar que al equipo base inicial se ha agregado otro
que está recorriendo varios países de Oriente Medio y un tercero que lo está
haciendo en Centroamérica...
Bien sabemos que la
situación actual es crítica en todas las latitudes y está caracterizada por la
pobreza de vastas regiones, por el enfrentamiento entre culturas y por la
violencia y la discriminación que contaminan la vida cotidiana de amplios
sectores de la población. Al día de hoy existen conflictos armados en numerosos
puntos y simultáneamente una profunda crisis del sistema financiero internacional.
A todo esto se suma la creciente amenaza nuclear que es, en definitiva, la
máxima urgencia del momento actual. Esta es una situación de suma complejidad.
A los intereses irresponsables de las potencias nucleares y a la locura de
grupos violentos con posible acceso a material nuclear de reducidas
dimensiones, debemos agregar el riesgo de accidente que pudiera detonar un
conflicto devastador.
Todo lo anterior no
es una suma de crisis particulares, sino el cuadro que evidencia el fracaso
global de un sistema cuya metodología de acción es la violencia y cuyo valor
central es el dinero.
Para evitar la
catástrofe atómica que parece amenazar el mundo del futuro más o menos
inmediato, debemos trabajar hoy mismo superando la violencia social y personal
al tiempo que exigimos:
1- el
desarme nuclear mundial;
2- el
retiro inmediato de las tropas invasoras de los territorios ocupados;
3- la
reducción progresiva y proporcional de los armamentos de destrucción masiva;
4- la firma
de tratados de no agresión entre países y
5- la
renuncia de los gobiernos a utilizar las guerras como medio para resolver
conflictos.
Lo urgente es crear
conciencia por la Paz
y el desarme. Pero también es necesario despertar la conciencia de la No Violencia Activa
que nos permita rechazar no sólo la violencia física, sino también toda forma
de violencia económica, racial, psicológica, religiosa y de género. Desde
luego, aspiramos a que esta nueva sensibilidad pueda instalarse y conmover las
estructuras sociales, abriendo el camino para la futura Nación Humana
Universal.
En todo este
tiempo, en muchas ciudades y pueblos, se están realizando marchas, festivales,
foros, conferencias y otros eventos para crear conciencia de la urgencia de la Paz y la No Violencia. Y en
todo el mundo las campañas de adhesión a la Marcha multiplican esta señal más allá de lo
hasta ahora imaginado.
Por primera vez en
la historia un evento de esta magnitud se pone en marcha por iniciativa de los
mismos partícipes. La verdadera fuerza de este impulso nace del acto sencillo
de quien por conciencia adhiere a una causa digna y la comparte con otros.
Se ha designado por
este período de la Marcha
y hasta Enero de 2010 - fecha en que se producirá la reestructuración del
Movimiento Humanista - a Rafael de la
Rubia como representante del organismo humanista “Mundo sin
Guerras” y a los portavoces continentales: Michel Ussene, por África; Sudhir
Gandotra, por Asia; Giorgio Schultze, por Europa; Tomás Hirsch, por
Latinoamérica y Chris Wells, por Norteamérica. A todos ellos se ha dado la
misión de recibir de manos de los premios Nobel de la Paz - durante la octava
edición del Summit de Berlín - la “Carta para un mundo no violento”, con el
compromiso de difundirla en todos los países por donde pase la Marcha Mundial.
Precisamente, es en
esta “Carta” en donde se plasman los Principios que pueden ser suscriptos por
las personas de buena voluntad en todas las latitudes.
Para no detenerme
exhaustivamente, quisiera destacar el principio noveno de la Carta que dice: “Llamamos a
las Naciones Unidas y a sus Estados miembros para que tomen en consideración
medios y métodos para promover un reconocimiento significativo de las
diversidades étnicas, culturales y religiosas en los estados nacionales multi-
étnicos. El principio moral de un mundo no violento es: “Trata a los demás como
quisieras que los otros te trataran a ti”.
Este principio
moral va más allá de toda norma y de toda juridicidad para asentar su dominio
en el terreno humano por el registro del reconocimiento común que supera a todo
cálculo y a toda especulación.
Este principio,
conocido desde antiguo como la “Regla de Oro” de la convivencia, es uno de los
dieciocho que se tienen en cuanta en este magnífico documento que es necesario
difundir ampliamente.
Por otra parte, no
debemos dejar pasar algunos tópicos que hacen a la comprensión de nuestras
actividades en el campo de la
No Violencia , porque es evidente que la prevención negativa
hacia nosotros ha nacido y se ha desarrollado en Sudamérica durante las luchas
no violentas sostenidas contra las dictaduras militares. Es muy claro que la
discriminación que sufrimos en diversos campos arranca de la desinformación y
la difamación sistemática sufrida durante décadas en nuestros países de origen,
como la Argentina
y Chile Las dictaduras y sus órganos de “desinformación” fueron tejiendo su red
ya desde la época en que se prohibía, encarcelaba, deportaba y asesinaba a
nuestros militantes. Aún hoy y en distintas latitudes, se puede pesquisar la
persecución que sufrimos no solamente a manos de los fascistas sino también a
manos de algunos sectores “bienpensantes”. Y es de observar que a medida que
progresan nuestras actividades muchos declamadores de la Paz , rasgan sus vestiduras
exigiendo nuestro silencio o apostrofando a todo grupo o individuo que nos
mencione públicamente..
Si bien esos
dicterios quedan en el pasado hoy se sigue denigrando la acción no violenta
argumentando que nada podrá hacerse, más allá de la declamación, frente a los
poderes “reales” que deciden las situaciones del mundo. Y, para ejemplificar,
veamos algunos casos.
El primero se
refiere a las campañas en contra del Servicio Militar efectuadas por los
humanistas en Argentina hace pocos años.
En esa época se
sostenía que era imposible modificar esa ley de obligatoriedad. Sobre todo,
después de haber logrado durante un año de actividad, un millón y medio de
firmas que fueron rechazadas sin justificación. Entonces, el Poder Ejecutivo
publicitó la inconveniencia del intento que dejaba “en estado de indefensión a la Nación frente a las
posibles agresiones de países limítrofes”. Sin embargo, la opinión pública
estaba sensibilizada de tal manera que el debate (sin mencionar a los autores
del proyecto) salió a la luz mientras los medios informativos se fueron haciendo
eco. Y en un momento, la
Presidencia de la República firmó el “decreto de anulación del
Servicio Militar obligatorio” reemplazándolo por el Servicio Militar optativo.
Pero se argumentó, en esa ocasión, que se tomaba tal medida porque un soldado
había muerto en un cuartel debido a los malos tratos recibidos. Así las cosas,
quedó claro que no fue inútil la larga campaña y movilización de los humanistas
porque la arbitraria ley quedó sepultada.
El otro caso, más
reciente, se produjo en la
República Checa.
El llamado “escudo
estelar” se estaba proyectando desde 2002 sin que la población en Chequia y en la Unión Europea se
enteraran. En Junio de 2006, el Movimiento Humanista se hizo promotor de una
alianza de organizaciones de base sociales y políticas, haciendo saber que el
70% de la población estaba en contra. Y se pidió que no se realizara el
proyecto dada su peligrosidad al tiempo que se exigía un referéndum. Dos
humanistas iniciaron una huelga de hambre y la protesta empezó a contar con el
apoyo de organizaciones pacifistas y no violentas. Este tipo de protesta se
mantuvo durante un año, involucrándose artistas, académicos, científicos y
alcaldes. Finalmente, la protesta se desarrolló también en el Parlamento
Europeo. En Marzo de 2009, el gobierno se desplomó por confluencia de diversos
factores, pero la protesta popular y la oposición parlamentaria postergaron la
ratificación del tratado entre la República Checa y U.S.A. En Septiembre de 2009,
Obama renunció al proyecto del escudo estelar en Chequia y Polonia.
Debemos considerar
ahora dos temas todavía no comprendidos en su alcance social.
Como todos hemos
captado se ha instalado en nuestras sociedades la temática ecológica y la
defensa medioambiental. Aunque algunos gobiernos y ciertos sectores interesados
nieguen el peligro que entraña la desatención al ecosistema, todos se están
viendo obligados a tomar medidas progresivas por la presión de las poblaciones
cada día más preocupadas por el deterioro de nuestra casa común. Hasta nuestros
niños son cada día más sensibles a los peligros del caso. En los centros de
enseñanza más elementales y a través de los medios informativos, se pone
cuidado en el tema de la prevención del deterioro y nadie puede escapar a estas
preocupaciones.
Pero en cuanto a la
preocupación por el tema de la violencia llevamos un notable retraso. Quiero
decir que no está instalada todavía a nivel general y global la defensa de la
vida humana y de los más elementales derechos humanos. Aún se hace apología de
la violencia cuando se trata de argumentar la defensa y aún la “defensa
preventiva” contra posibles agresiones. Y no parece experimentarse horror por
la destrucción masiva de poblaciones indefensas. Únicamente cuando la violencia
nos roza en nuestra vida civil a través de hechos delictivos de sangre nos
alarmamos, pero no dejamos de glorificar los malos ejemplos que envenenan a
nuestras sociedades y a los niños ya desde la más tierna infancia.
Es claro que aún
no está instalada la idea ni la sensibilidad capaz de provocar un repudio
profundo y un asco moral que nos aleje de las monstruosidades de la violencia
en sus diferentes rangos.
Por nuestra parte,
haremos todo los esfuerzos necesarios para instalar en el medio social la
vigencia de los temas de la Paz
y la No Violencia
y es claro que el tiempo llegará para que se susciten reacciones individuales y
también masivas. Ese será el momento de un cambio radical en nuestro mundo.
Para terminar con
mi breve intervención quisiera retomar la “Carta para un mundo no violento”
propuesta por los Premios Nobel de la
Paz y Organizaciones Nobel por la Paz , con el objetivo de
impulsar sus propuestas a lo largo de esta Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia.
Estaremos muy honrados al compartir sus principios en las acciones concretas
del quehacer social que con seguridad nos encaminarán hacia ese nuevo mundo que
hemos mencionado.
Nada más, muchas
gracias.
Silo, 11 de noviembre de 2009.
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