miércoles, 18 de noviembre de 2009
SILO y la Marcha Mundial - revista VEINTITRES
Nota publicada en el Nº 593 de la revista Veintitrés, página 36 (sección política). Buenos Aires, 12 de noviembre de de 2009. Trata sobre Silo y la Marcha Mundial por la Paz y la No-violencia.
domingo, 18 de octubre de 2009
LA "PRENSA LIBRE"
Del libro “El principio federativo” (1863) de Pierre Joseph Proudhon, reproducimos estos comentarios sobre la “prensa libre”.
Tercera parte: La prensa unitaria, Capítulo 1. Traducción de Aníbal D’Auria. Editado por Libros de Anarres y Terramar Ediciones, Buenos Aires 2008. (Aquí se puede descargar el libro completo: http://www.quijotelibros.com.ar/anarres.htm ). (Hoy debemos hacer la salvedad de que la mayoría de los periodistas son trabajadores asalariados que carecen de poder de decisión sobre los lineamientos de las empresas para las que trabajan).
Examinemos qué es en nuestros días una empresa periodística.
Se forma una sociedad para la publicación de un periódico. Se compone de los ciudadanos más honorables; será una sociedad anónima; hasta donde sea posible, la redacción permanecerá colectiva: toda opinión personal o predominio individual es recusado de entrada: ¡cuántas garantías de imparcialidad…! ¡Y bien! Esta compañía anónima, ese sacerdocio de lo público libre de toda influencia particular, es una asociación de mentira, donde la colectividad de la redacción sólo disimula el artificio, en una palabra, la venalidad.
En principio, esta sociedad necesita un capital. Este capital está provisto por acciones. Es una sociedad comercial. Así, la ley del capital se convierte en la dominante de la empresa. Su meta es el lucro y su preocupación constante es la suscripción de abonados. El periódico, órgano de la verdad, se vuelve industria, tienda comercial. Para acrecer sus beneficios y conquistar al abonado, el periódico deberá sopesar y halagar el prejuicio; para asegurar su existencia deberá sopesar más aún el poder, y aunque sostenga su política se dará aires de criticarla; sumando la cobardía y la avaricia a la hipocresía, se justificará alegando las numerosas familias que viven gracias a él. ¿Fidelidad a la verdad? No, a la tienda comercial: tal será, nos guste o no, la primera virtud del periodista.
Empresario de anuncios y publicidades, el periodista podría salvar su responsabilidad si limitara su ministerio a una simple participación. Pero los abonados esperan más de él: exigen apreciaciones que sobre todo hagan interesante al periódico. Por lo tanto, aunque no admitirá juicios adversos a las cosas que publicita por lucro, tendrá ciertos objetos y empresas que merecerán su apoyo y que, salario mediante, recomendará al público. Toda la cuestión para él consistirá en ubicar bien sus recomendaciones y arreglárselas para que no sean contradictorias. La probidad del periodista consiste en mantener las amistades y ser fiel y discreto con la clientela. Es la probidad del empleado, que no hurtaría un centavo de la caja, pero cuando negocia saca ventaja como el Turco del Moro. A partir ahí, es seguro que la prevaricación y la infidelidad presiden la confección del diario. Ninguna garantía puede esperarse de esta oficina, sucursal de las compañías y los establecimientos que la subvencionan traficando con sus reclamos y recogiendo tributos en todos lados para salvar sus rendiciones de cuentas o balances: bolsa, comercio, industria, agricultura, navegación, ferrocarriles, política, literatura, teatro, etc. Hay que ser alquimista para extraer la verdad comparando sus artículos con los de sus competidores.
Es mucho peor cuando, como nunca falta, esta supuesta sociedad formada para servir a la verdad se casa con una opinión política y se convierte en órgano de un partido. Se la puede considerar definitivamente como una fábrica de moneda falsa y una cátedra de iniquidad. Todo medio le parece bueno contra el enemigo. ¿Habló adecuadamente alguna vez una gaceta democrática de un gobierno monárquico? ¿Hizo justicia alguna vez un diario realista a las aspiraciones de la democracia? ¡Cuántas opiniones para poner a liberales y clericales unos contra otros! ¡Qué crítica la de esos escritores aficionados, sin especialidad y a menudo sin estudios, pagados para leer y enterrar toda clase de escritos, que consideran a la justicia literaria como una retórica amplificada o una invectiva de comité político! Cuanta más violencia y mala fe ostenta el periódico, más virtuoso se cree. ¿No es su ley suprema la fidelidad al partido, como a la tienda comercial y a la clientela?
La prensa diaria acaba de recibir el peor ultraje que pueda hacérsele: el gobierno decidió que las rendiciones de cuentas de las cámaras serán provistas a los periódicos por la oficina de finanzas. Sin duda, no pretendo que la oficina de finanzas sea más confiable que el propio Moniteur. No es así como yo quisiera reformar la prensa. Sólo digo que el castigo fue merecido. Se abusó hasta lo intolerable del travestismo, la propaganda y el insulto; y cuando los periódicos se quejan por las trabas del poder, se les puede responder que ellos mismos forjaron su destino. Me atrevo a predecirles que si trataran al público y a la verdad como quisieran que el gobierno los tratara a ellos, muy pronto la verdad y la prensa serían libres en Francia.
Pierre Joseph Proudhon
Tercera parte: La prensa unitaria, Capítulo 1. Traducción de Aníbal D’Auria. Editado por Libros de Anarres y Terramar Ediciones, Buenos Aires 2008. (Aquí se puede descargar el libro completo: http://www.quijotelibros.com.ar/anarres.htm ). (Hoy debemos hacer la salvedad de que la mayoría de los periodistas son trabajadores asalariados que carecen de poder de decisión sobre los lineamientos de las empresas para las que trabajan).
Examinemos qué es en nuestros días una empresa periodística.
Se forma una sociedad para la publicación de un periódico. Se compone de los ciudadanos más honorables; será una sociedad anónima; hasta donde sea posible, la redacción permanecerá colectiva: toda opinión personal o predominio individual es recusado de entrada: ¡cuántas garantías de imparcialidad…! ¡Y bien! Esta compañía anónima, ese sacerdocio de lo público libre de toda influencia particular, es una asociación de mentira, donde la colectividad de la redacción sólo disimula el artificio, en una palabra, la venalidad.
En principio, esta sociedad necesita un capital. Este capital está provisto por acciones. Es una sociedad comercial. Así, la ley del capital se convierte en la dominante de la empresa. Su meta es el lucro y su preocupación constante es la suscripción de abonados. El periódico, órgano de la verdad, se vuelve industria, tienda comercial. Para acrecer sus beneficios y conquistar al abonado, el periódico deberá sopesar y halagar el prejuicio; para asegurar su existencia deberá sopesar más aún el poder, y aunque sostenga su política se dará aires de criticarla; sumando la cobardía y la avaricia a la hipocresía, se justificará alegando las numerosas familias que viven gracias a él. ¿Fidelidad a la verdad? No, a la tienda comercial: tal será, nos guste o no, la primera virtud del periodista.
Empresario de anuncios y publicidades, el periodista podría salvar su responsabilidad si limitara su ministerio a una simple participación. Pero los abonados esperan más de él: exigen apreciaciones que sobre todo hagan interesante al periódico. Por lo tanto, aunque no admitirá juicios adversos a las cosas que publicita por lucro, tendrá ciertos objetos y empresas que merecerán su apoyo y que, salario mediante, recomendará al público. Toda la cuestión para él consistirá en ubicar bien sus recomendaciones y arreglárselas para que no sean contradictorias. La probidad del periodista consiste en mantener las amistades y ser fiel y discreto con la clientela. Es la probidad del empleado, que no hurtaría un centavo de la caja, pero cuando negocia saca ventaja como el Turco del Moro. A partir ahí, es seguro que la prevaricación y la infidelidad presiden la confección del diario. Ninguna garantía puede esperarse de esta oficina, sucursal de las compañías y los establecimientos que la subvencionan traficando con sus reclamos y recogiendo tributos en todos lados para salvar sus rendiciones de cuentas o balances: bolsa, comercio, industria, agricultura, navegación, ferrocarriles, política, literatura, teatro, etc. Hay que ser alquimista para extraer la verdad comparando sus artículos con los de sus competidores.
Es mucho peor cuando, como nunca falta, esta supuesta sociedad formada para servir a la verdad se casa con una opinión política y se convierte en órgano de un partido. Se la puede considerar definitivamente como una fábrica de moneda falsa y una cátedra de iniquidad. Todo medio le parece bueno contra el enemigo. ¿Habló adecuadamente alguna vez una gaceta democrática de un gobierno monárquico? ¿Hizo justicia alguna vez un diario realista a las aspiraciones de la democracia? ¡Cuántas opiniones para poner a liberales y clericales unos contra otros! ¡Qué crítica la de esos escritores aficionados, sin especialidad y a menudo sin estudios, pagados para leer y enterrar toda clase de escritos, que consideran a la justicia literaria como una retórica amplificada o una invectiva de comité político! Cuanta más violencia y mala fe ostenta el periódico, más virtuoso se cree. ¿No es su ley suprema la fidelidad al partido, como a la tienda comercial y a la clientela?
La prensa diaria acaba de recibir el peor ultraje que pueda hacérsele: el gobierno decidió que las rendiciones de cuentas de las cámaras serán provistas a los periódicos por la oficina de finanzas. Sin duda, no pretendo que la oficina de finanzas sea más confiable que el propio Moniteur. No es así como yo quisiera reformar la prensa. Sólo digo que el castigo fue merecido. Se abusó hasta lo intolerable del travestismo, la propaganda y el insulto; y cuando los periódicos se quejan por las trabas del poder, se les puede responder que ellos mismos forjaron su destino. Me atrevo a predecirles que si trataran al público y a la verdad como quisieran que el gobierno los tratara a ellos, muy pronto la verdad y la prensa serían libres en Francia.
Pierre Joseph Proudhon
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lunes, 20 de julio de 2009
NO OLVIDAR, NO OLVIDAR...
Recuerda a la generación rusa de la Segunda Guerra Mundial.
Remember the russian generation of world war two
http://www.youtube.com/watch?v=iepcZshmQE0
Remember the russian generation of world war two
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lunes, 18 de mayo de 2009
El odio de la Sociedad Rural por Evita
Una nota del periodista Gabriel Fernández, precedida de un breve comentario mío.
De: Jorge D'Alesio
Asunto: Rv: Biolcatti por Gabriel Fernández. Desde Compañeros de la Web
Para: forohumanista@deargentina.org
Fecha: domingo, 17 de mayo de 2009, 8:31 pm
Así es... no sabemos odiar y nunca aprenderemos a hacerlo porque no nos interesa odiar sino construir. Ellos, en cambio, no pueden vivir sin odio y sin despreciar a otros. Son los que pintaban "Viva el cáncer", los que bombardearon Plaza de Mayo y todavía se enorgullecen de eso, son los negadores de la vida.
Jorge D'Alesio
2009 Año de la Marcha Mundial por la Paz y la No-violencia
--- El dom 17-may-09, lasenialmediosescribió:
De: lasenialmedios
Asunto: Biolcatti por Gabriel Ferández. Desde Compañeros de la Web
Para: "lasenialmedios@sinectis.com.ar"
Fecha: domingo, 17 de mayo de 2009, 1:32 pm
ACAPI
Asunto: Rv: Biolcatti por Gabriel Fernández. Desde Compañeros de la Web
Para: forohumanista@deargentina.org
Fecha: domingo, 17 de mayo de 2009, 8:31 pm
Así es... no sabemos odiar y nunca aprenderemos a hacerlo porque no nos interesa odiar sino construir. Ellos, en cambio, no pueden vivir sin odio y sin despreciar a otros. Son los que pintaban "Viva el cáncer", los que bombardearon Plaza de Mayo y todavía se enorgullecen de eso, son los negadores de la vida.
Jorge D'Alesio
2009 Año de la Marcha Mundial por la Paz y la No-violencia
--- El dom 17-may-09, lasenialmedios
De: lasenialmedios
Asunto: Biolcatti por Gabriel Ferández. Desde Compañeros de la Web
Para: "lasenialmedios@sinectis.com.ar"
Fecha: domingo, 17 de mayo de 2009, 1:32 pm
ACAPI
Biolcatti
El odio de la Sociedad Rural por Evita
Por Gabriel Fernández
Es difícil contestar los comentarios de Biolcatti sobre Evita.¿Porqué? Uno intenta rastrear contundencias, recobrar adjetivos, inventar condenas.Sostener repudios.Entonces, se me ocurren cosas tremendas: desde epítetos directos hasta sutiles tramas que denotan la grandeza de nuestra jefa espiritual por sobre la pequeñez del miembro de la Sociedad Rural. Y no hay nada, no aparece nada, créame, que logre equipararse al odio pesado, definitivo, del oligarca.
Uno piensa que va a dar un mazazo contundente y, como es habitual, apenas desgrana la ingenua bronca del hombre del pueblo contra el poderoso. Cuesta tanto odiar en esa dimensión que uno se siente tonto, apocado, limitado. Lo que para ellos, hombres como Biolcatti, es un movimiento interior natural que se condice con su historia, su entorno y su política, para este periodista es un esfuerzo singular. Un ponerse en situación. Un forzarse a uno mismo: debo odiarlo.
(Pero vio, lector: no nos sale. Lo que solemos considerar una profunda ansia de revancha, cándido re-sentir a zapatazo limpio, matonaje peronista o violencia piqueteril, no es más que bronca y razón frente a seres que oscurecen la vida con su presencia.)
Uno se enoja con Biolcatti. Pero Biolcatti ha superado esa vaga sensación hace rato; otra que enojo: el tipo ha sido cómplice de un gobierno que torturó mujeres embarazadas. Sabe tomar el pulso y discernir cuándo alguien vive y cuándo alguien muere. Los Biolcattis han violentado el cuerpo de Eva y han asesinado a miles de sus herederas. Han creado campos de concentración y han barrido con los delegados obreros. Han secuestrado niños y han saqueado una nación.¿Quién puede responder, con la misma intensidad, al odio de ese hombre? Creo que es imposible, porque como ha narrado Blades, no todos somos iguales.Horas atrás, con los ojos llenos de furia, un humilde compañero me decía: a ese sorete habría que cagarlo a trompadas. Se le antojaba, en su candor, el colmo de las venganzas. ¡Alguien debería hacerlo! Biolcatti ha superado, también hace mucho, esas reyertas con resabios de nobleza: cada pibe que mendiga en nuestras calles es, qué duda cabe, producto suyo, de Jose Martinez de Hoz, de Domingo Cavallo. Cada piba prostituída por la fuerza o por la falta de trabajo, cada varón desconcertado por un desempleo humillante, cada subocupado condenado a aceptar condiciones inadmisibles, cada ratero que tuvo que inventarse el laburo, cada cartonero que anda con la familia en las frías madrugadas, son Made in Biolcatti.
Eso es odiar, amigos. Lo nuestro es afán de justicia, comprensión permanente, un insulto al pasar, hasta algunas agresiones que remedan un ataque. El cachetazo de Luis DElía a un golpista. La piña de un joven sobre Alfredo Astiz. Las pullas de los manifestantes contra Roberto Alemann. Biolcatti supone que el peronismo necesita autoengañarse y fingir que Esa Mujer está viva a través de una actriz. Después de 70 años de ganar elecciones democráticas. Y de sufrir golpes de Estado orientados a anular la voluntad popular.Ahora bien: quién sabe ¿no? En una de esas algo resulta cierto; la inyección de vitalidad que los trabajadores de la Patria le dieron a Evita la mantienen, de algún modo, viva entre nosotros. Y en una de esas Biolcatti, que anda caminando por ahí, sale en fotos y brinda arengas, está muy muerto. En una de esas Biolcatti, con su perfume y sus camionetas y sus casonas, hiede. En una de esas el hombre es un líder real, y encarna a un país que agoniza y derrama sobre todo lo vital un inconfundible aroma a putrefacción. Frente a tus desprecios y a tus torturas, frente a tus crímenes y a tus robos, frente a tu odio miserable y a tu rencor infinito, Biolcatti, te hago llegar un sencillo pito catalán. Así podrás decir, entre puros y vinos finos, en amable rueda de amigos: estos tipos no joden a nadie. Es así nomás. No sabemos odiar a tu altura. Pero acá estamos. Eso te saca de quicio. Pasa el tiempo y acá estamos. Tomando unos mates con María Eva Duarte de Perón, quien se ve tan hermosa, tan vital, tan joven, que no lo podrías creer. GF/ Director La Señal Medios / Director Periodístico Revista Question Latinoamérica
ACAPI
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Un mensaje de los Compañeros de la Web
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sábado, 9 de mayo de 2009
viernes, 27 de febrero de 2009
Gurdjieff
"Recuerda al hombre que al llegar sacudió todo, te tomó entre sus manos, te sacó de tus ensueños y te depositó entre espinas a plena luz del día; y recuerda que no sabes cómo recordar".
Pierre Matauschek y Jacques Revignes, "René Daumal: Soldat du Je", Presse de la Manche, 5 de abril de 1974, citado por James Moore en "Gurdjieff, anatomía de un mito", pág. 350. Editorial Estaciones, Buenos Aires mayo de 1996.
Pierre Matauschek y Jacques Revignes, "René Daumal: Soldat du Je", Presse de la Manche, 5 de abril de 1974, citado por James Moore en "Gurdjieff, anatomía de un mito", pág. 350. Editorial Estaciones, Buenos Aires mayo de 1996.
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