Mostrando entradas con la etiqueta banqueros. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta banqueros. Mostrar todas las entradas

sábado, 14 de febrero de 2015

Defendamos la democracia, la Constitución y al legítimo gobierno nacional


Buenos Aires, 14 de febrero de 2015


Defendamos la democracia, la Constitución y al legítimo gobierno nacional

Comisión de Estudios Estratégicos del Partido Humanista


Está en marcha un nuevo intento de golpe de Estado contra el gobierno constitucional de nuestro país, Argentina.

Los factores de poder funcionales al imperialismo, al colonialismo y al capital financiero transnacional pretenden destituir al gobierno legítimo y quieren hacerlo antes de las elecciones nacionales de este año. Es en este marco que se inscribe el inaudito hecho protagonizado por un ignoto fiscal federal en el día de la fecha. Gerardo Pollicista intenta dar curso a la demanda que supuestamente hubiera presentado el fallecido fiscal Alberto Nisman cuando jueces y juristas de prestigio internacional la han desestimado por incongruente e improcedente. Este nuevo actor pide el enjuiciamiento de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el canciller Héctor Timmerman y otros funcionarios del gobierno por hechos que, de probarse, no constituyen delito. Este esperpento jurídico no prosperará pero llenará páginas de la prensa canalla en franca campaña política opositora al gobierno.

En este nuevo intento golpista confluyen intereses de las grandes potencias occidentales,  de la banca internacional y de la oligarquía agropecuaria y sectores empresariales de Argentina. Esos grupos sediciosos actúan en el convencimiento de que, cualquieras sean los candidatos a presidente, el actual gobierno tendrá continuidad por otros cuatro años.

Para consumar su infamia, tienen el apoyo del oligopolio de prensa, de la corporación judicial y de políticos serviles, todos ellos comprados por monedas o por “un minuto de fama”.

Exhortamos a defender la libertad, la democracia, la constitución y al gobierno legítimo como lo hicimos desde el Partido Humanista, junto a otros partidos y organizaciones, frente a los actos sediciosos en “semana santa” de 1987 y a los que se sucedieron.

Asimismo, alertamos a la CELAC y a UNASUR, como así también a los organismos que integran el Movimiento Humanista a no caer en la desinformación de la prensa internacional aliada a los desestabilizadores de Argentina. Estamos convencidos de que este intento está vinculado al frustrado golpe de estado denunciado por el gobierno de Venezuela en el día de ayer.

Quienes firmamos este llamamiento somos militantes del PH que en distintas ocasiones desempeñamos funciones en el Consejo Nacional argentino, en Consejos Provinciales y en la Internacional Humanista.


Comisión de Estudios Estratégicos: Luis Ammann, Jorge D'Alesio, Nélida Rey, Guillermina Noro, Gabriel Serra, Héctor Serenelli, Carlos Luciani, Sol Toledo.


viernes, 19 de diciembre de 2014

19 y 20 de diciembre de 2001

19 y 20 de diciembre de 2001, crónica de esa calurosa noche (escrita por Martin Garcia):


https://www.facebook.com/pages/Agrupaci%C3%B3n-Oesterheld/217101885160565


-Con la cabeza de los dirigentes-

LA NOCHE DE LAS CACEROLAS ABOLLADAS

Si este no es el pueblo el pueblo ¿donde esta?

Por Martin Garcia

Apenas termino el mensaje grabado de Fernando De la Rua anunciando el establecimiento del Estado de Sitio el pueblo comenzó a participar activamente en una protesta inédita que surgía como agua de manantial por los barrios de la Capital Federal.

Comenzaron a escucharse los golpes de las cucharas sobre las cacerolas y se iban sumando de uno en uno desde cada balcón, cada cocina, cada living de los departamentos hasta llegar a la calle.

Así los vecinos comenzaron a reunirse alrededor de una decisión colectiva -Había que sacar a Cavallo del gobierno y también ¿porque no? al presidente de la Nación.

Había que terminar con cuatro años de problemas crecientes, con un año de hiper recesión y mil conflictos por la decadencia económica de la vida cotidiana, de la esperanza, del panorama laboral, comercial, estudiantil, del progreso, del futuro, que parecía un desastre absoluto y finalmente, con 30 días agotadores donde no solo nos dábamos cuenta (ya en forma clara) que nos robaban sino que les teníamos que dejar el dinero en la cuenta para que robaran tranquilos a fin de pagar y garantizar el pago de los servicios de la deuda externa.

Así comenzó una conversación entre los medios que se despedían de la audiencia hasta volver a mirar hacia afuera, y tener que apostar móviles y comenzar una sesión de televisión espontánea alrededor de una marcha que comenzaba a surgir desde los barrios.

La misma gente que había enfrentado a Menem en las urnas, que había apoyado al Chacho y que había votado por la Alianza y por De La Rua, venia a decir que ya no quería mas lola.

La clase media comenzó a marchar por las avenidas rumbo a la Plaza de Mayo.

Yo me fui con mi hijo Andrés, que horas antes me había avisado que-si se hacia algo -quería venir conmigo a la Plaza y así salimos y comenzamos a caminar por la avenida Corrientes.

Apenas pisamos la avenida vimos una marea humana que bajaba desde lejos y también un mar de gente que desfilaba adelante nuestro rumbeando para la avenida Pueyrredón, para la avenida Callao, para la 9 de Julio.

La gente tenia un promedio de edad bastante joven, de cada diez, ocho tenían la edad de mi hijo y dos, la mía.

Eran jóvenes comunes que sufrían en la facultad, buscando un laburo sin mucha suerte, haciendo cola en las embajadas de otros países para ver que pintaba, chicos que cadeteaban, repartían volantes por unos pesos diarios, pibes que trabajaban sin esperanza en el comercio del viejo, que veían caer la economía familiar, veían echar a sus padres del trabajo o que se habían refugiado en una pensión de estudiantes, con una cervecita light en el barrio, los jueves y viernes a la noche, quizás los sábados y domingos, también, o que estaban a pleno en un empleo, con mucho miedo de ser echados, con muchos quilombos para llegara fin de mes,, con serios problemas para pagar la matricula de la facultad, el medico de sus pibes chiquitos.

Pero no había solo jóvenes, también -las chicas- del ministerio, de la peluquería, las manicuras, las señoras del barrio que saludaban desde las ventanas o los balcones, porque caminar no podían pero veían televisión y salían a la ventana a ver pasar la gente, tomar un poco de aire fresco, escribir y exhibir un cartel de papel escrito con marcador que decía RENUNCIO CAVALLO, y desplegar una bandera argentina.

A medio camino nos avisaron que había palos, gases y represión en la Plaza de Mayo así que, en Callao, doblamos para el Congreso !

Lo veo a Carlos Mirsson -el de FM Tango- pasar con su señora e hija con una bandera en su coche, tocando la bocina como en un campeonato mundial.

A medida que nos acercábamos, se caminaba mas despacio y con una columna mas compacta.

Algunas mamas jóvenes caminaban con el cochecito de sus bebes y con sus bebes adentro, lo mas campantes. (se veía que la única vez que habían salido de marcha era por el San Lorenzo de Tinelli, el Boca de Bianchi o el Ríver de Ramón).

Cuando llegamos al Congreso vimos esa excepcional imagen de la escalinata del Congreso llena de gente, de chicos, con la camiseta del seleccionado de futbol de Argentina en la mano, revoleándola como Soledad al poncho, mientras cantaban –¡Ohhh Argentina, es un sentimiento, no puedo parar Ole olé ole olé ole olé ola, Ole olé ole ola ¡cada día te quiero maaaas!

Era un sentimiento emocionante, por allí pasaban las parejitas que venían de hacer el amor, con al cara radiante y cierto recato en el entrelazar de sus manos, alguna intrigante señorita con un galán pintón al lado irrumpía insinuante como en un desfile de modas, por entre las petisas y las chicas del barrio que, pancita afuera, no dudaban en bailar y pegarle a la tapa de la cacerola, ya bastante abollada, con el cucharón de plástico negro.

¡Hacia rato que no veía tantas mujeres hermosas en un solo lugar, radiantes entre el calor, la alegría de compartir esa misa alegre y gratificante, que sucedía en la Plaza de los Dos Congresos, en un nosotros al mismo tiempo ignoto y sin embargo con la presencia plena de cada uno de los protagonistas que estaban haciendo la historia.

-¿Te das cuenta porque militabamos en los ´70? le dije a mi hijo mientras le señalaba una señora muy bien producida, que pasaba !

¡La militancia es la vida misma!

Se daba esa impronta descarada y cómoda a la vez de los muchachos en sandalias y bermudas, pelo rasante, casi pelados y chivita en la barbilla, dándole con ansias a los bombos que construían con los tachos de basura plásticos de esos que suelen estar en las columnas del alumbrado.

Paraban cuando alguien los llamaba al celular, aunque no escuchaban nada con ese griterío alegre.

Mas tarde los que le daban a los bombos eran un poco mas punk, mas heavy y los bombos ya era latas mas grosas y los palos daban gusto, y la pinta de los tipos pedía a gritos camisetas por lo menos de Riff.

No había banderas partidarias y lo mas probable es que la misma gente no las permitiera, tampoco, la política partidaria se había quedado sin respuestas y el 60 % de los votantes habían votado cualquier otra cosa menos a los partidos políticos tradicionales o no, pero se podían ver agitar las banderolas de las murgas, ora verdes, ora celeste y blancas, con un tipo de despliegue que solo se aprende en las fiestas del barrio.

Si este no es el Pueblo, el Pueblo ¿donde está?

-El que no salta ¡es un botón!, el que no salta ¡es un botón!, le da la banda de la escalinata y los que están sobre Entre Ríos acompañan y también lo hacen como una oleada mejicana los de la escalinata y el patio y bandeja de la plaza de enfrente.

Hay paz, cordialidad, convivencia, incluso entre no iguales, a algunos se les ve San Isidro en sus camisetas de la UAR, a otros se le adivina el conventillo, la piecita en la pensión, todos cantan, saltan, y se alegran.

¡Cavallo, hijo de puta, la puta queteparió!

En Europa nace el euro uno a uno con el dólar y a cada Banco que tenga un dólar billete le van a permitir emitir siete euros, así que se llevaron todo y lo multiplicaron por siete.

¿Los argentinos?

¡Que se jodan por boludos! ¡Chupete, hijo de puta, la puta que te parió, chupete hijo de puta, laputaquetepariooo!

¡Menem, compadre, la concha de tu madre! No se salva nadie.

Hay una mirada iluminada en algunos mas grandes, unos piensan que están viviendo el 17 de octubre del que les hablaba Castiñeira de Dios o Fermín Chávez o del que escribían Jauretche o Puiggros, otros se remiten a la movida popular del felices pascuas cuando al civilidad se enfrento con la pretensión castrense.

Cada uno se daba cuenta, a su manera, del momento histórico que estaban viviendo.

Los pibes también, porque cada tanto aplaudian a rabiar y todos aplaudian a rabiar y se premiaban y festejaban el estar juntos, el haber irrumpido en la escena política sin deberle nada a nadie.

Bueno, no tanto, pero si festejaban que por fin no se diría de los argentinos que tenían jugo de tomates frío en las venas, que el pueblo se la comía que era demasiado pacifico y no reaccionaba ¡Minga! Aquí están.¡Chupate esta mandarina!

Dimos una vuelta, yo le decia a mi hijo que siempre hay que dar una vuelta a ver que hay por ahí, como son los grupos, en que clima andan, quienes están, algún amigo, algún compañero, para charlar, comentar la jornada de lucha.

Por ahi estaban Eduardo Jozami, el periodista Alberto Dearriba, Juan Carlos del Bello con su familia, Carlitos Carcavallo del PAMI, Juan Carlos Shmid el secretario general del sindicato de Dragado, miembro del GOU de Moyano, quien representara al Polo Social de Farinello en Santa Fe; el famoso director cinematográfico Nicolás Sarquís, organizador del festival Contracampo que nos hizo conocer los directores de cine iraníes, yugoslavos, serbios, etc; Eduardo Lopez del Sindicato del Seguro rodeado de hijos y de compañeros de coro; Emilio del Guercio el legendario músico de Aquelarre y Almendra que venia de Plaza de Mayo; Juan Ale, un joven dirigente del peronismo porteño relacionado con la temática indígena y religiosa hablando a viva voz con compañeros y compañeros en la esquina de Rivadavia y Callao, Alberto Liparelli, el matemático.

Ahora viene otro saltito de la hinchada ¡El que no salta es un ingles! ¡El que no salta es un ingles!

Y aparece una calavera grande y atractiva.

Le dejan el paso a una madre de Plaza de Mayo y los jóvenes le abren paso, la aplauden. ¿Que aplauden?

Aplauden la consecuencia, la firmeza de su lucha, su autoridad moral.

Aplauden a sus hijos combatientes, los desaparecidos.

Respeto y honor para ellos, parecen decir al abrirle el paso a la madre de pañuelito blanco y mirada adusta.

Ahí llegan el gran Pocho Dasso, que vivía en mi barrio y Federico Sironi, el poeta, que preside una asociación de libreros del Parque Rivadavia y que hace poco presento un libro suyo en ese bar y librería erótica que se llama ¡Audaz se eleva!

Me cuentan de la goma de plaza de Mayo, de los gases lacrimógenos, de que estaba todo bien, en paz y que de repente ¡zas!

Que estaban el Barba Gutiérrez, el recientemente elegido diputado nacional por el POLO de Farinello, el de la UOM de Quilmes y lo vio en la refriega.

Botellas de agua, de coca, alguna de vinito, que queda en el piso, ¡Ya son varias horas!

El 101 esta con pantalon corto y sandalias, gorro con vicera, un arito, una barbita rala, un ombligo afuera.

-¡Que boooludo, que boooludo! El-estado-de-sitio ¡se lo meten en el cuuulooo! ¡Queeee boludo! ¡Queeee boludooo!...aplausos, unánimes, fuertes, de fiesta.

Fiesta de estar juntos, de estar ahi, de no quedarse mas mordiendose un labio y diciendo este pais de m...ahora parecen estar orgullosos.

Las chicas del ministerio se ríen,

¡Cuanto hacia que no festejaban algo!

¡Y hay tantos chicos lindos!

Pero todo en familia.

Por ahi nos queremos ir son como las tres de la madrugada ya!

Decimos -si esto sigue y hacen el enlace con los de la mañana, hasta que De La Rua no renuncie ¡no paran!

Un par se pelea nosesabe por que.

Uno de cola de caballo gris, ya y el otro mas petiso con una botella en la mano.

Se trenzan un par de veces. Están bajo una bandera que parece decir PCR, con otra gente.

Se vuelven a enfrentar como dos cabras.

Uno se cae al suelo y el otro lo patea.

A nadie parece pasarle nada de ellos dos.

¿Sera una pelea en serio o habrá que pensar que quieren comenzar algún clima de intranquilidad para que los -chicos- se vayan a sus casitas.

Cuando me quiero volver, me detengo un poco, no deja de venir gente nueva en oleadas.

Siguen viniendo, y siguen y siguen.

Algunos se han ido a dormir ya , pero la gente se renueva como un río manso y fresco.

Por ahí algunos dicen que hay no se que problema donde y me perece ver algún movimiento mas adentro de la misma plaza, como un desplazarse de alguna gente a otro ritmo ¡Hemos estado en tantas plazas!

Lo veo al pibe medio dormido y lo invito a irse a casa.

Agarra enseguida. Mañana tiene que laburar temprano.

A media cuadra por Callao, yendo hacia Bartolomé Mitre lo veo venir al periodista Miguel Bonasso rumbo al Congreso con su esposa, compañera, al lado, a paso vivo. Nos saludamos, sonrientes.

El sabe y yo se y ambos sabemos que el otro sabe que es un día histórico.

Una pueblada histórica mas legal a la noche, mas desesperada durante el día en los saqueos.

Mas dolorosa.

Histórica en ambos casos, incluso, quizás aun mas histórica durante la noche, sin desmerecer.

Es en relación a lo esperado y a lo inesperado. ¡Toda una pueblada como en los sueños cuando el pueblo se decidía y haría ¡tronar el escarmiento!

Vemos cruzarse un 64 y unos pibes correrlo. Les paran. Atrás vamos nosotros, ese bondi nos deja bien, nos ahorra caminar como ¡12 cuadras!

Alcanzo a ver a los que vienen en nuestro reemplazo.

Una combi con tres monos arriba con banderas argentinas y esos mástiles de caño de PVC de cañería que son flexibles y poderosos.

Blanden las banderas y los tres parecen una foto, la de esa estatua de los americanos plantando la bandera en una colina en la 2ª guerra mundial.

Estamos bien representados, mas allá se viene otra marea.

Son los que nos han visto por TV y quieren sumarse.

Vienen de todos los barrios. No se quieren quedar afuera.

Hay mucha gente sana aquí. Pibes buenos. Gente normal de Buenos Aires.

Toda esa onda juvenil de los recitales, del barrio, de la facu, de la oficina.

Han decidido largar la cola de la embajada y pelear por lo suyo, no dejarse tocar mas el culo, no permitir que se utilice mal esta Democracia que aman y les pertenece como a nosotros que peleamos tanto por conseguirla.

Ellos saben que a nosotros no nos fue bien, saben que no repetirían, pero también saben que son hijos de tigres, que son tranqui, pero no comen vidrio, que no les va ser corderos, que no están dispuestos a fracasar sin pelear por lo suyo, en la misma lucha que fue nuestra y de los chicos de los lápices y de los 30.000 desaparecidos, aunque haya tantas diferencias, pero sienten la camiseta como en las tardes de Verón, del Piojo, de Caniggia y Maradona y saben que con este equipo la podemos pelear.

Hacia rato que no veía tantas cacerolas hechas bolsa de tanto pegarles.

Cada chica, cada chico, cada gorda, cada señora, cada señor de su casa., con su cacerola abollada, que ha venido aquí para darle al parche, para hacerla sonar, para decir ¡presente!

Es un río que no cesa, que manda y manda soldados para la causa, miles de personas que se han dado cita con la historia, espontáneamente y que luego de esta jornada inolvidable, tendrán un espíritu de cuerpo y una idea del poder de conjunto nuevas, que cambiara la relación de fuerzas entre los argentinos por muchas décadas.

Ya cayo Cavallo, ahora irán por De La Rua y después por el que quiera repetir.

MG/

20/12/01-04 AM


PD: Visto a la distancia, podría decir que en esos días nacía la Revolución del Bicentenario que estamos viviendo a pleno desde entonces: La Revolución peronista de Néstor Kirchner y Cristina. El avance constante del pueblo y de la Patria Grande del Movimiento Nacional, Popular y Democrático de Liberación Nacional y Social. MG

sábado, 18 de diciembre de 2010

Documento del Nuevo Humanismo

Documento del Nuevo Humanismo

(Del Diccionario del Nuevo Humanismo)
HUMANISTA, documento o Documento del Nuevo Humanismo (del Diccionario del Nuevo Humanismo)

Fue presentado ante la Segunda Internacional Humanista (*) y el Primer Foro Humanista (*) los días 7 y 8 de octubre de 1993 en Moscú. Constituye el ideario del Nuevo Humanismo (*). Está dividido en una introducción y seis parágrafos, a saber: 1. El capital mundial; 2. La democracia formal y la democracia real; 3. La posición humanista; 4. Del humanismo ingenuo al humanismo consciente; 5. El campo antihumanista y 6. Los frentes de acción humanista.
El texto completo del Documento, sigue a continuación:

(Nota del copista: aquí se reproduce con la introducción que tiene en Cartas a mis amigos,)

SEXTA CARTA A MIS AMIGOS (Documento del Nuevo Humanismo, Silo, del libro "Cartas a mis amigos")

Estimados amigos:

Varios lectores de mis cartas han vuelto a la carga pidiendo mayor definición en lo que hace a la acción social y política y a sus perspectivas transformadoras. En tal situación, podría limitarme a repetir lo dicho al comienzo de la primera carta: “Desde hace tiempo recibo correspondencia desde distintos países pidiendo explicaciones sobre temas que aparecen en mis libros. En general, se reclama clarificación sobre asuntos tan concretos como la violencia, la política, la economía, la ecología, las relaciones personales y las interpersonales. Como se ve, las preocupaciones son muchas y diversas y es claro que en esos campos tendrán que ser los especialistas quienes den respuesta, Por supuesto, ese no es mi caso”. No obstante, en posterior correspondencia hice algunos comentarios sobre los tópicos citados pero sin lograr satisfacer los requerimientos. ¿Cómo responder a tamañas cuestiones en la extensión y naturaleza de una carta? De este modo, se me ha puesto en un aprieto.

Como todos sabemos participo en una corriente de opinión, en un movimiento que a lo largo de tres décadas ha producido numerosas instituciones y que ha confrontado con dictaduras e injusticias de todo tipo. Sobre todo, ha confrontado con la desinformación, la calumnia y el silencio deliberado. De todas maneras, este movimiento se ha extendido por el mundo conservando su independencia tanto económica como ideológica. Probablemente, si se hubiera rendido a la conveniencia en una corta y sucia especulación contaría con reconocimiento y Prensa. Pero eso hubiera consagrado, finalmente, el triunfo del absurdo y la victoria de todo aquello contra lo que se ha luchado. En nuestra historia hay sangre, cárceles, deportaciones y cercos de todo tipo. Es necesario recordarlo. Nuestro movimiento siempre se sintió tributario del humanismo histórico por el acento que aquél puso en la libertad de conciencia, en la lucha contra todo oscurantismo y en la defensa de los más altos valores humanos. Pero también, nuestro movimiento ha producido trabajos y estudios suficientes para dar respuesta a una época en la que, finalmente, se ha precipitado la crisis. A tales trabajos y estudios habré de apelar explicando, en la extensión de una carta, los temas y propuestas fundamentales de los humanistas de hoy.

DOCUMENTO DEL MOVIMIENTO HUMANISTA

Los humanistas son mujeres y hombres de este siglo, de ésta época. Reconocen los antecedentes del humanismo histórico y se inspiran en los aportes de las distintas culturas, no solamente de aquellas que en este momento ocupan un lugar central. Son, además, hombres y mujeres que dejan atrás este siglo y este milenio, y se proyectan a un nuevo mundo.

Los humanistas sienten que su historia es muy larga y que su futuro es aún más extendido. Piensan en el porvenir, luchando por superar la crisis general del presente. Son optimistas, creen en la libertad y en el progreso social.

Los humanistas son internacionalistas, aspiran a una nación humana universal. Comprenden globalmente al mundo en que viven y actúan en su medio inmediato. No desean un mundo uniforme sino múltiple: múltiple en las etnias, lenguas y costumbres; múltiple en las localidades, las regiones y las autonomías; múltiple en las ideas y las aspiraciones; múltiple en las creencias, el ateísmo y la religiosidad; múltiple en el trabajo; múltiple en la creatividad.

Los humanistas no quieren amos; no quieren dirigentes ni jefes, ni se sienten representantes ni jefes de nadie. Los humanistas no quieren un Estado centralizado, ni un Paraestado que lo reemplace. Los humanistas no quieren ejércitos policíacos, ni bandas armadas que los sustituyan.

Pero entre las aspiraciones humanistas y las realidades del mundo de hoy, se ha levantado un muro. Ha llegado pues, el momento de derribarlo. Para ello es necesaria la unión de todos los humanistas del mundo.

I. El capital mundial

He aquí la gran verdad universal: el dinero es todo. El dinero es gobierno, es ley, es poder. Es, básicamente, subsistencia. Pero además es el Arte, es la Filosofía y es la Religión. Nada se hace sin dinero; nada se puede sin dinero. No hay relaciones personales sin dinero. No hay intimidad sin dinero y aún la soledad reposada depende del dinero.

Pero la relación con esa “verdad universal” es contradictoria. Las mayorías no quieren este estado de cosas. Estamos pues, ante la tiranía del dinero. Una tiranía que no es abstracta porque tiene nombre, representantes, ejecutores y procedimientos indudables.

Hoy no se trata de economías feudales, ni de industrias nacionales, ni siquiera de intereses de grupos regionales. Hoy se trata de que aquellos supervivientes históricos acomodan su parcela a los dictados del capital financiero internacional. Un capital especulador que se va concentrando mundialmente. De esta suerte, hasta el Estado nacional requiere para sobrevivir del crédito y el préstamo. Todos mendigan la inversión y dan garantías para que la banca se haga cargo de las decisiones finales. Está llegando el tiempo en que las mismas compañías, así como los campos y las ciudades, serán propiedad indiscutible de la banca. Está llegando el tiempo del Paraestado, un tiempo en el que el antiguo orden debe ser aniquilado.

Parejamente, la vieja solidaridad se evapora. En definitiva, se trata de la desintegración del tejido social y del advenimiento de millones de seres humanos desconectados e indiferentes entre sí a pesar de las penurias generales. El gran capital domina no solo la objetividad gracias al control de los medios de producción, sino la subjetividad gracias al control de los medios de comunicación e información. En estas condiciones, puede disponer a gusto de los recursos materiales y sociales convirtiendo en irrecuperable a la naturaleza y descartando progresivamente al ser humano. Para ello cuenta con la tecnología suficiente. Y, así como ha vaciado a las empresas y a los estados, ha vaciado a la Ciencia de sentido convirtiéndola en tecnología para la miseria, la destrucción y la desocupación.

Los humanistas no necesitan abundar en argumentación cuando enfatizan que hoy el mundo está en condiciones tecnológicas suficientes para solucionar en corto tiempo los problemas de vastas regiones en lo que hace a pleno empleo, alimentación, salubridad, vivienda e instrucción. Si esta posibilidad no se realiza es, sencillamente, porque la especulación monstruosa del gran capital lo está impidiendo.

El gran capital ya ha agotado la etapa de economía de mercado y comienza a disciplinar a la sociedad para afrontar el caos que él mismo ha producido. Frente a esta irracionalidad, no se levantan dialécticamente las voces de la razón sino los más oscuros racismos, fundamentalismos y fanatismos. Y si es que este neo-irracionalismo va a liderar regiones y colectividades, el margen de acción para las fuerzas progresistas queda día a día reducido. Por otra parte, millones de trabajadores ya han cobrado conciencia tanto de las irrealidades del centralismo estatista, cuanto de la falsedades de la democracia capitalista. Y así ocurre que los obreros se alzan contra sus cúpulas gremiales corruptas, del mismo modo que los pueblos cuestionan a los partidos y los gobiernos. Pero es necesario dar una orientación a éstos fenómenos que de otro modo se estancarán en un espontaneísmo sin progreso. Es necesario discutir en el seno del pueblo los temas fundamentales de los factores de la producción.

Para los humanistas existen como factores de la producción, el trabajo y el capital, y están demás la especulación y la usura. En la actual situación los humanistas luchan porque la absurda relación que ha existido entre esos dos factores sea totalmente transformada. Hasta ahora se ha impuesto que la ganancia sea para el capital y el salario para el trabajador, justificando tal desequilibrio con el “riesgo” que asume la inversión... como si todo trabajador no arriesgara su presente y su futuro en los vaivenes de la desocupación y la crisis. Pero, además, está en juego la gestión y la decisión en el manejo de la empresa. La ganancia no destinada a la reinversión en la empresa, no dirigida a su expansión o diversificación, deriva hacia la especulación financiera. La ganancia que no crea nuevas fuentes de trabajo, deriva hacia la especulación financiera. Por consiguiente, la lucha de los trabajadores ha de dirigirse a obligar al capital a su máximo rendimiento productivo. Pero esto no podrá implementarse a menos que la gestión y dirección sean compartidas. De otro modo, ¿cómo se podría evitar el despido masivo, el cierre y el vaciamiento empresarial? Porque el gran daño está en la subinversión, la quiebra fraudulenta, el endeudamiento forzado y la fuga del capital, no en las ganancias que se puedan obtener como consecuencia del aumento en la productividad. Y si se insistiera en la confiscación de los medios de producción por parte de los trabajadores, siguiendo las enseñanzas del siglo XlX, se debería tener en cuenta también el reciente fracaso del socialismo real.

En cuanto a la objeción de que encuadrar al capital, así como está encuadrado el trabajo, produce su fuga a puntos y áreas más provechosas ha de aclararse que esto no ocurrirá por mucho tiempo más ya que la irracionalidad del esquema actual lo lleva a su saturación y crisis mundial. Esa objeción, aparte del reconocimiento de una inmoralidad radical desconoce el proceso histórico de la transferencia del capital hacia la banca resultando de ello que el mismo empresario se va convirtiendo en empleado sin decisión dentro de una cadena en la que aparenta autonomía. Por otra parte, a medida que se agudice el proceso recesivo, el mismo empresariado comenzará a considerar éstos puntos.

Los humanistas sienten la necesidad de actuar no solamente en el campo laboral sino también en el campo político para impedir que el Estado sea un instrumento del capital financiero mundial, para lograr que la relación entre los factores de la producción sea justa y para devolver a la sociedad su autonomía arrebatada.

II. La democracia formal y la democracia real

Gravemente se ha ido arruinando el edificio de la democracia al resquebrajarse sus bases principales: la independencia entre poderes, la representatividad y el respeto a las minorías.

La teórica independencia entre poderes es un contrasentido. Basta pesquisar en la práctica el origen y composición de cada uno de ellos, para comprobar las íntimas relaciones que los ligan. No podría ser de otro modo. Todos forman parte de un mismo sistema. De manera que las frecuentes crisis de avance de unos sobre otros, de superposición de funciones, de corrupción e irregularidad, se corresponden con la situación global, económica y política, de un país dado.

En cuanto a la representatividad. Desde la época de la extensión del sufragio universal se pensó que existía un solo acto entre la elección y la conclusión del mandato de los representantes del pueblo. Pero a medida que ha transcurrido el tiempo se ha visto claramente que existe un primer acto mediante el cual muchos eligen a pocos y un segundo acto en el que estos pocos traicionan a los muchos, representando a intereses ajenos al mandato recibido. Ya ese mal se incuba en los partidos políticos reducidos a cúpulas separadas de las necesidades del pueblo. Ya, en la máquina partidaria, los grandes intereses financian candidatos y dictan las políticas que éstos deberán seguir. Todo esto evidencia una profunda crisis en el concepto y la implementación de la representatividad.

Los humanistas luchan para transformar la práctica de la representatividad dando la mayor importancia a la consulta popular, el plebiscito y la elección directa de los candidatos. Porque aún existen, en numerosos países, leyes que subordinan candidatos independientes a partidos políticos, o bien, subterfugios y limitaciones económicas para presentarse ante la voluntad de la sociedad. Toda Constitución o ley que se oponga a la capacidad plena del ciudadano de elegir y ser elegido, burla de raíz a la democracia real que está por encima de toda regulación jurídica. Y, si se trata de igualdad de oportunidades, los medios de difusión deben ponerse al servicio de la población en el período electoral en que los candidatos exponen sus propuestas, otorgando a todos exactamente las mismas oportunidades. Por otra parte, deben imponerse leyes de responsabilidad política mediante las cuales todo aquel que no cumpla con lo prometido a sus electores arriesgue el desafuero, la destitución o el juicio político. Porque el otro expediente, el que actualmente se sostiene, mediante el cual los individuos o los partidos que no cumplan sufrirán el castigo de las urnas en elección futura, no interrumpe en absoluto el segundo acto de traición a los representados. En cuanto a la consulta directa sobre los temas de urgencia, cada día existen más posibilidades para su implementación tecnológica. No es el caso de priorizar las encuestas y los sondeos manipulados, sino que se trata de facilitar la participación y el voto directo a través de medios electrónicos y computacionales avanzados.

En una democracia real debe darse a las minorías las garantías que merece su representatividad pero, además, debe extremarse toda medida que favorezca en la práctica su inserción y desarrollo. Hoy, las minorías acosadas por la xenofobia y la discriminación piden angustiosamente su reconocimiento y, en ese sentido, es responsabilidad de los humanistas elevar este tema al nivel de las discusiones más importantes encabezando la lucha en cada lugar hasta vencer a los neofascismos abiertos o encubiertos. En definitiva, luchar por los derechos de las minorías es luchar por los derechos de todos los seres humanos.

Pero también ocurre en el conglomerado de un país que provincias enteras, regiones o autonomías, padecen la misma discriminación de las minorías merced a la compulsión del Estado centralizado, hoy instrumento insensible en manos del gran capital. Y esto deberá cesar cuando se impulse una organización federativa en la que el poder político real vuelva a manos de dichas entidades históricas y culturales.

En definitiva, poner por delante los temas del capital y el trabajo, los temas de la democracia real, y los objetivos de la descentralización del aparato estatal, es encaminar la lucha política hacia la creación de un nuevo tipo de sociedad. Una sociedad flexible y en constante cambio, acorde con las necesidades dinámicas de los pueblos hoy por hoy asfixiados por la dependencia.

III. La posición humanista

La acción de los humanistas no se inspira en teorías fantasiosas acerca de Dios, la Naturaleza, la Sociedad o la Historia. Parte de las necesidades de la vida que consisten en alejar el dolor y aproximar el placer. Pero la vida humana agrega a las necesidades su previsión a futuro basándose en la experiencia pasada y en la intención de mejorar la situación actual. Su experiencia no es simple producto de selecciones o acumulaciones naturales y fisiológicas, como sucede en todas las especies, sino que es experiencia social y experiencia personal lanzadas a superar el dolor actual y a evitarlo a futuro. Su trabajo, acumulado en producciones sociales, pasa y se transforma de generación en generación en lucha continua por mejorar las condiciones naturales, aún las del propio cuerpo. Por esto, al ser humano se lo debe definir como histórico y con un modo de acción social capaz de transformar al mundo y a su propia naturaleza. Y cada vez que un individuo o un grupo humano se impone violentamente a otros, logra detener la historia convirtiendo a sus víctimas en objetos “naturales”. La naturaleza no tiene intenciones, así es que al negar la libertad y las intenciones de otros, se los convierte en objetos naturales, en objetos de uso.

El progreso de la humanidad, en lento ascenso, necesita transformar a la naturaleza y a la sociedad eliminando la violenta apropiación animal de unos seres humanos por otros. Cuando esto ocurra, se pasará de la prehistoria a una plena historia humana. Entre tanto, no se puede partir de otro valor central que el del ser humano pleno en sus realizaciones y en su libertad. Por ello los humanistas proclaman: “Nada por encima del ser humano y ningún ser humano por debajo de otro”. Si se pone como valor central a Dios, al Estado, al Dinero o a cualquier otra entidad, se subordina al ser humano creando condiciones para su ulterior control o sacrificio. Los humanistas tienen claro este punto. Los humanistas son ateos o creyentes, pero no parten de su ateísmo o de su fe para fundamentar su visión del mundo y su acción. Parten del ser humano y de sus necesidades inmediatas. Y, si en su lucha por un mundo mejor creen descubrir una intención que mueve la Historia en dirección progresiva, ponen esa fe o ese descubrimiento al servicio del ser humano.

Los humanistas plantean el problema de fondo: saber si se quiere vivir y decidir en qué condiciones hacerlo.

Todas las formas de violencia física, económica, racial, religiosa, sexual e ideológica, merced a las cuales se ha trabado el progreso humano, repugnan a los humanistas. Toda forma de discriminación manifiesta o larvada, es un motivo de denuncia para los humanistas.

Los humanistas no son violentos, pero por sobre todo no son cobardes ni temen enfrentar a la violencia porque su acción tiene sentido. Los humanistas conectan su vida personal, con la vida social. No plantean falsas antinomias y en ello radica su coherencia.

Así está trazada la línea divisoria entre el Humanismo y el Anti-humanismo. El Humanismo pone por delante la cuestión del trabajo frente al gran capital; la cuestión de la democracia real frente a la democracia formal; la cuestión de la descentralización, frente a la centralización; la cuestión de la antidiscriminación, frente a la discriminación; la cuestión de la libertad frente a la opresión; la cuestión del sentido de la vida, frente a la resignación, la complicidad y el absurdo.

Porque el Humanismo se basa en la libertad de elección, posee la única ética valedera del momento actual. Así mismo, porque cree en la intención y la libertad distingue entre el error y la mala fe, entre el equivocado y el traidor.

IV. Del Humanismo ingenuo al Humanismo consciente

Es en la base social, en los lugares de labor y habitación de los trabajadores donde el Humanismo debe convertir la simple protesta en fuerza consciente orientada a la transformación de las estructuras económicas.

En cuanto a los miembros combativos de las organizaciones gremiales y los miembros de partidos políticos progresistas, su lucha se hará coherente en la medida en que tiendan a transformar las cúpulas de las organizaciones en las que están inscriptos dándole a sus colectividades una orientación que ponga en primer lugar, y por encima de reivindicaciones inmediatistas, los planteos de fondo que propicia el Humanismo.

Vastas capas de estudiantes y docentes, normalmente sensibles a la injusticia, irán haciendo consciente su voluntad de cambio en la medida en que la crisis general del sistema los afecte. Y, por cierto, la gente de Prensa en contacto con la tragedia cotidiana está hoy en condiciones de actuar en dirección humanista al igual que sectores de la intelectualidad cuya producción está en contradicción con las pautas que promueve este sistema inhumano.

Son numerosas las posturas que, teniendo por base el hecho del sufrimiento humano, invitan a la acción desinteresada a favor de los desposeídos o los discriminados. Asociaciones, grupos voluntarios y sectores importantes de la población se movilizan, en ocasiones, haciendo su aporte positivo. Sin duda que una de sus contribuciones consiste en generar denuncias sobre esos problemas. Sin embargo, tales grupos no plantean su acción en términos de transformación de las estructuras que dan lugar a esos males. Estas posturas se inscriben en el Humanitarismo más que en el Humanismo consciente. En ellas se encuentran ya protestas y acciones puntuales susceptibles de ser profundizadas y extendidas.

V. El campo antihumanista

A medida que las fuerzas que moviliza el gran capital van asfixiando a los pueblos, surgen posturas incoherentes que comienzan a fortalecerse al explotar ese malestar canalizándolo hacia falsos culpables. En la base de estos neofascismos está una profunda negación de los valores humanos. También en ciertas corrientes ecologistas desviatorias se apuesta en primer término a la naturaleza en lugar del hombre. Ya no predican que el desastre ecológico es desastre, justamente, porque hace peligrar a la humanidad sino porque el ser humano ha atentado contra la naturaleza. Según algunas de estas corrientes, el ser humano está contaminado y por ello contamina a la naturaleza. Mejor sería, para ellos, que la medicina no hubiera tenido éxito en el combate con las enfermedades y en el alargamiento de la vida. “La Tierra primero”, gritan histéricamente, recordando las proclamas del nazismo. Desde allí a la discriminación de culturas que contaminan, de extranjeros que ensucian y polucionan, hay un corto paso. Estas corrientes se inscriben también en el anti-humanismo porque en el fondo desprecian al ser humano. Sus mentores se desprecian a sí mismos, reflejando las tendencias nihilistas y suicidas a la moda.

Una franja importante de gente perceptiva también adhiere al ecologismo porque entiende la gravedad del problema que este denuncia. Pero si ese ecologismo toma el carácter humanista que corresponde, orientará la lucha hacia los promotores de la catástrofe, a saber: el gran capital y la cadena de industrias y empresas destructivas, parientes próximas del complejo militar-industrial. Antes de preocuparse por las focas se ocupará del hambre, el hacinamiento, la mortinatalidad, las enfermedades y los déficits sanitarios y habitacionales en muchas partes del mundo. Y destacará la desocupación, la explotación, el racismo, la discriminación y la intolerancia, en el mundo tecnológicamente avanzado. Mundo que, por otra parte, está creando los desequilibrios ecológicos en aras de su crecimiento irracional.

No es necesario extenderse demasiado en la consideración de las derechas como instrumentos políticos del Anti-humanismo. En ellas la mala fe llega a niveles tan altos que, periódicamente, se publicitan como representantes del “Humanismo”. En esa dirección, no ha faltado tampoco la astuta clerigalla que ha pretendido teorizar sobre la base de un ridículo “Humanismo Teocéntrico” (?). Esa gente, inventora de guerras religiosas e inquisiciones; esa gente que fue verdugo de los padres históricos del humanismo occidental, se ha arrogado las virtudes de sus víctimas llegando inclusive a “perdonar los desvíos” de aquellos humanistas históricos. Tan enorme es la mala fe y el bandolerismo en la apropiación de las palabras que los representantes del Anti-humanismo han intentado cubrirse con el nombre de “humanistas”.

Sería imposible inventariar los recursos, instrumentos, formas y expresiones de que dispone el Anti-humanismo. En todo caso esclarecer sobre sus tendencias más solapadas contribuirá a que muchos humanistas espontáneos o ingenuos revisen sus concepciones y el significado de su práctica social.

VI. Los frentes de acción humanista

El Humanismo organiza frentes de acción en el campo laboral, habitacional, gremial, político y cultural con la intención de ir asumiendo el carácter de movimiento social. Al proceder así, crea condiciones de inserción para las diferentes fuerzas, grupos e individuos progresistas sin que éstos pierdan su identidad ni sus características particulares. El objetivo de tal movimiento consiste en promover la unión de fuerzas capaces de influir crecientemente sobre vastas capas de la población orientando con su acción la transformación social.

Los humanistas no son ingenuos ni se engolosinan con declaraciones propias de épocas románticas. En ese sentido, no consideran sus propuestas como la expresión más avanzada de la conciencia social, ni piensan a su organización en términos indiscutibles. Los humanistas no fingen ser representantes de las mayorías. En todo caso, actúan de acuerdo a su parecer más justo apuntando a las transformaciones que creen más adecuadas y posibles en este momento que les toca vivir.

Confío en que podamos continuar con otros asuntos en la próxima carta.
Reciban con ésta, un gran saludo.

SILO
5 de abril de 1993